viernes, 23 de octubre de 2009

Enmarañada en tu ternura



En la ceguera impertinente

de los días junto a ti

he reciclado suspiros

enmarañada en tu ternura

en tu dulce contención.


Ni siquiera he podido

reunirte en todos mis sueños

con la realidad certera

de tu ausencia pertinaz.


En la cárcel tan austera

del deseo arrollador

he de sentirme completa

en la simbiosis perfecta

que resume esta pasión.


Ni siquiera he podido

aislarme en cada paso

del resto de los humanos

pero ya no somos dos.


En la sencillez precaria

de silencios desiguales

he asumido esta tortura

de tenerte y no tenerte

extraña crucifixión.


MIR

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