Se deja de querer como se olvida un sueño
al despertar al día
con tanto por hacer.
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Se deja de querer
como caen los frutos
al madurar de apuro
repletos de placer.
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Se deja de querer
como se pisa el césped
con nuestros pies descalzos
en el amanecer.
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Se deja de querer
como un niño engañado
que aprende no mas Reyes,
ni Santa, hay que crecer.
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Se deja de querer
en los días de lluvia
con el ruido del viento
sientes envejecer.
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Se deja de querer
hasta que un nuevo sol
arrime a nuestras costas
y surja otro querer.
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»[]V[]í®«
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